En el caso que voy a contar la afectada ha sido mi madre. Está viuda y en el verano del año pasado conoció por Facebook a un individuo inglés supuestamente llamado Louis Brian, quien aparentemente trabajaba en una empresa energética italiana llamada Eni. Luego de comunicarse con ella durante un mes empleando un español cutre producto de traducción automática, le hizo creer que una explosión causó grandes pérdidas en su empresa y que solo ella podría ayudarle mediante una transferencia de alrededor de 10.000€, alegando que no podía contar con seguro y que no tenía ningún amigo ni familiar al que pedir ayuda, solo contando con una supuesta hija menor internada.
Desde el instante que se dio este paso, mi hermana y yo advertirmos a mi madre de la situación con múltiples pruebas, como lo habitual que era ese patrón de estafa (trabajador adinerado en una refinería que en cierto punto pide dinero), que la propia empresa tiene una sección que advierte de que muchos estafadores afirman ser trabajadores de la empresa, de recibir confirmación de estos de que él no trabaja allí (a lo que él alegó que luego del incidente terminó la vinculación con la empresa «de malas maneras»), de apreciar que el titular de la cuenta correspondía con un nombre africano, lo cual se repetiría con distintas identidades en los siguientes meses.
No obstante, todo razonamiento fue inútil y mi madre siente una fe ciega por ese estafador, hasta el punto de desoír completamente lo que otros familiares, banco, policía y otras autoridades le decían. Y lo peor es que la cosa no terminó ahí. De hecho, ni siquiera ha terminado a día de hoy. Llevamos un año entero, desde septiembre del año pasado, con este calvario. En todo este tiempo él siempre promete que le devolverá el dinero, lo cual obviamente nunca cumple, e incluso empleó una web banquera falsa para hacerla creer de que tenía 12 millones de euros.
Cada vez le cuenta excusas cada vez más variopintas para justificar su incesante necesidad de dinero, como que fue ingresado en un hospital privado de Milán (la cual también nos negó la existencia de dicho «paciente»), y lo último es que tuvo un accidente en el que «acabó muy grave» y dos compañeros suyos «muertos». Mi madre también recibe con cierta frecuencia emails claramente fraudulentos de distintas cuentas de Gmail, de supuestos médicos informándole de la supuesta situación o evaluación de este tipejo, y por mucho que los llegue a bloquear o eliminar, siempre acaban contactando con ella igualmente por WhatsApp.
Uno de sus hermanos incluso llegó a viajar con ella a Milán para conocerle en persona y por supuesto dicho encuentro jamás se dio, y ella sigue creyéndole… Mi hermana y yo ya no sabemos qué hacer. Esta larga situación nos ha hastiado ya, y hemos decidido recurrir a solicitar la curatela porque no podemos más. Nuestra madre ha tirado ya por la borda todos los ahorros que tenía (más de 100.000€) y ahora le pasa buena parte de su pensión cada mes. Inevitablemente estamos perdiendo la comunicación y paciencia con ella, y hemos perdido toda esperanza.
Un comentario
Buenas noches, es muy importante que hayas tomado la decisión de contárnoslo. Se trata de lo que se conoce como “las cartas nigerianas”, mafias que se dedican a ello desde Africa principalmente. Tenemos casos de esos. Lo importante ahora es conseguir que no entregue más dinero. Nos ponemos en contacto contigo enseguida.